En León, Guanajuato, Marisela González vivió una jornada desgarradora: la pérdida de su hijo y, pocas horas después, el robo de su casa mientras lo despedía. La madre enfrentó una situación que refleja la vulnerabilidad de las familias ante la delincuencia, incluso en los momentos más dolorosos.
Un día marcado por la tragedia
El pasado lunes, Marisela llevó a su hijo a la escuela y, poco después, recibió un llamado urgente al centro de salud, donde le confirmaron la muerte del pequeño por un atragantamiento.
Mientras intentaba sobrellevar la pérdida y despedirse de su hijo en el cementerio, le notificaron que ladrones habían ingresado a su hogar, llevándose pertenencias y recuerdos que guardaban la memoria del menor.
“Estaba en el panteón entregando a mi hijo por última vez… me hacen un llamado de que habían entrado a mi casa. Pensé que se llevaban mi tesoro, las cosas de mi niño”, relató Marisela entre lágrimas.
Fuerza y esperanza para seguir adelante
A pesar de la doble tragedia, Marisela aseguró que no se dará por vencida. Su prioridad es reconstruir su vida y exigir justicia, para recuperar sus recuerdos y su patrimonio.
“Busco recuperar mi patrimonio y salir adelante”, expresó con dignidad, convirtiendo su historia en un ejemplo de resiliencia frente a la adversidad.
El caso de Marisela y su hijo refleja la importancia de proteger a las familias y garantizar que los momentos de duelo puedan vivirse con paz y seguridad.
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