A casi quince días de la tragedia en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, expertos confirmaron que la pipa de gas en Iztapalapa no explotó. Un análisis reciente reveló que la causa del devastador incendio, que ya suma 30 víctimas mortales, fue un fenómeno químico más silencioso.
La nube de gas que encendió el infierno
De acuerdo con el profesor de Química de la UNAM, Carlos Antonio Rius Alonso, el accidente comenzó con una fuga de gas LP líquido. Al escapar, el combustible entró en contacto con el aire y se enfrió de inmediato, formando una densa nube blanca captada en varios videos de la zona.
Esta nube, altamente inflamable, se extendió con el viento y se convirtió en una bomba de tiempo que solo necesitó una chispa para provocar un flamazo. El fuego alcanzó llamas de hasta 30 metros de altura, sin que hubiera una explosión real del tanque de la pipa.
Flamazo y no explosión: la diferencia que costó vidas
El especialista aclaró que lo ocurrido fue un flamazo, no una explosión. El gas se mantuvo peligroso hasta 800 metros de distancia, con una zona de máximo riesgo a 120 metros de la pipa. La rápida combustión del gas disperso provocó el incendio que arrasó con todo a su paso.
En las últimas horas, las autoridades capitalinas confirmaron la muerte de una joven de 21 años, elevando a 30 el número de personas fallecidas por esta tragedia que conmocionó a la Ciudad de México.
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