Estados Unidos enfrenta un inicio de invierno excepcionalmente severo tras la primera gran nevada de la temporada, con temperaturas de hasta –20 °C por debajo del promedio que afectan a más de la mitad del país. Ciudades como Chicago suspendieron trenes por vías congeladas, mientras Washington D.C. registró su primera nevada oficial, reflejo de la intensa masa ártica que se desplaza por el territorio. Meteorólogos advierten que lo peor podría llegar a finales de diciembre, y el país permanece en alerta por el impacto en movilidad y actividades cotidianas, ante un invierno que se perfila como uno de los más duros.