Significado y origen de supersticiones como tocar madera o romper espejos
Las supersticiones que hoy repetimos sin pensar tienen raíces históricas sorprendentes. “Tocar madera”, por ejemplo, proviene de un juego infantil del siglo XIX en el que los árboles simbolizaban protección. El miedo a los gatos negros se originó en la Edad Media, cuando se les vinculó injustamente con brujería y la peste. Romper un espejo era considerado un insulto a los dioses romanos, quienes supuestamente castigaban con siete años de mala suerte, el tiempo que tomaba renovar el alma. Y cruzar los dedos, hoy símbolo de esperanza, nació como un gesto pagano entre dos personas que pedían suerte conjunta. Aunque muchas de estas creencias parecen inofensivas, muestran cómo el ser humano ha buscado siempre controlar el azar y sentirse protegido ante lo desconocido.












