Los sabores que unen a vivos y muertos en una tradición mexicana

El Día de Muertos no solo se celebra con flores de cempasúchil, velas y ofrendas, sino también con los sabores que representan el vínculo eterno entre los vivos y sus seres queridos fallecidos. En la comida tradicional mexicana de esta festividad destacan platillos como el pan de muerto, que simboliza el ciclo de la vida; el mole poblano, mezcla de chiles y chocolate que refleja la fusión cultural; y los tamales, atoles y dulces típicos como las calaveritas de azúcar, el amaranto y la calabaza en tacha. Cada elemento tiene un significado: el pan y las bebidas acompañan el alma en su trayecto, mientras las frutas y los aromas evocan recuerdos compartidos. En muchas regiones del país, las familias preparan los alimentos favoritos de los difuntos para colocarlos en el altar, reafirmando que el Día de Muertos es, ante todo, una celebración de amor, memoria y unión a través de la comida tradicional mexicana.