En México, todos heredamos los apellidos de nuestros padres, incluso ya es posible elegir el orden en que se colocan. Pero, ¿qué pasa con los niños huérfanos o abandonados? Para garantizar su derecho a la identidad, el marco legal establece mecanismos que permiten asignarles un nombre y apellidos sin exponerlos a discriminación o estigmas, eliminando prácticas del pasado que los marcaban de por vida. En TV Azteca Puebla te contamos los detalles.
¿Cómo se apellidaban antes los niños huérfanos en México y qué cambió en la ley?
De acuerdo con las leyes mexicanas antiguas, durante siglos los niños que crecían sin sus padres eran registrados con apellidos que revelaban su condición; el más conocido fue “Expósito”, que proviene del latín expositus y significa “expuesto” o “abandonado”. Esta práctica, aunque común, estigmatizaba a los menores al señalar su origen directamente en documentos oficiales, por lo tanto, el Artículo 58 del Código Civil Federal y su equivalente en legislaciones estatales prohíben cualquier referencia al abandono en el acta de nacimiento.
¿Qué sucede actualmente con un niño abandonado o huérfano en México?
Si un menor es presentado como hijo de padres desconocidos, el Juez del Registro Civil está facultado para asignarle un nombre y dos apellidos de uso común, sin dejar constancia de la situación de abandono; en el caso de los huérfanos cuyos padres ya habían registrado, los apellidos originales se conservan. El objetivo central es evitar la discriminación y permitir que los niños crezcan con una identidad plena, integrados a la sociedad.
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