¿Qué es la osteomielitis? Síntomas, causas y tratamiento de esta peligrosa infección de los huesos

La osteomielitis es una infección ósea grave que puede afectar a cualquier hueso del cuerpo, pero comúnmente se presenta en los huesos largos, como los de las piernas o los brazos, con un tratamiento variable.

Esta infección puede ser causada por bacterias, hongos o, en raros casos, virus, que llegan al hueso a través de una herida abierta, una cirugía, o mediante el torrente sanguíneo desde otras partes del cuerpo. La osteomielitis no tratada puede llevar a complicaciones serias, como daño óseo irreversible y propagación de la infección a otras áreas.

1. Dolor intenso en el área afectada: Uno de los primeros síntomas es un dolor constante y localizado en el hueso afectado. Este dolor puede aumentar con el movimiento o la presión sobre el área.
2. Inflamación y enrojecimiento: La infección provoca hinchazón y enrojecimiento en la piel sobre el hueso afectado. Esto es una respuesta del cuerpo ante la inflamación y la lucha contra la infección.
3. Fiebre y escalofríos: La fiebre es un síntoma común en infecciones graves, incluyendo la osteomielitis. Los escalofríos acompañan a la fiebre, indicando la presencia de una infección seria en el cuerpo.
4. Dificultad para mover la parte afectada: La rigidez y el dolor pueden hacer que sea difícil o incluso doloroso mover la extremidad o área del cuerpo afectada por la infección.
5. Enrojecimiento y secreción en heridas abiertas: Si la infección proviene de una herida abierta o cirugía, puede haber secreción de pus o fluidos desde la zona afectada, lo que es una señal clara de infección.

El tratamiento de la osteomielitis depende de la gravedad de la infección y de si ha progresado a huesos en otras partes del cuerpo. Este proceso incluye una combinación de antibióticos y, en algunos casos, cirugía. A continuación, se detallan las fases y enfoques más comunes en el tratamiento:

1. Antibióticos: El tratamiento inicial suele consistir en antibióticos intravenosos administrados en un entorno hospitalario. Estos medicamentos son esenciales para controlar la infección y erradicar las bacterias que la causan. En algunos casos, el tipo de antibiótico puede ajustarse según el tipo de bacteria identificada. Posteriormente, se pueden prescribir antibióticos orales para continuar el tratamiento durante varias semanas, con el fin de garantizar que la infección se haya eliminado completamente.
   
2. Cirugía: Si la infección ha destruido parte del hueso o los antibióticos no han logrado llegar a la zona afectada, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. El objetivo de la cirugía es eliminar el tejido óseo muerto o infectado para evitar que la infección se propague o cause más daño. En algunos casos, es posible que se necesite realizar una cirugía más extensa si el hueso está gravemente dañado.
   
3. Terapia antibiótica prolongada: Tras la fase inicial del tratamiento, es crucial continuar con antibióticos orales durante un periodo extendido para asegurar la erradicación total de la infección. Esto ayuda a prevenir una recaída y garantiza que el tratamiento sea efectivo.
   
4. Atención médica continua: El seguimiento médico regular es fundamental para monitorear la evolución del paciente y asegurarse de que la infección no se haya propagado a otras áreas del cuerpo. Además, se deben realizar revisiones periódicas para detectar posibles complicaciones o recaídas en el proceso de recuperación.
   

Es crucial comenzar el tratamiento lo antes posible para evitar daños irreparables en los huesos y tejidos cercanos. Si experimentas síntomas de osteomielitis, como dolor óseo intenso, fiebre o enrojecimiento, busca atención médica de inmediato.

Te puede interesar: Autoridad sanitaria llama a la población evitar enfermedad de Chagas