Miles de jóvenes recién graduados enfrentan una realidad compleja al incorporarse al mundo laboral: la informalidad, la falta de prestaciones y sueldos bajos. Según el INEGI, en México más del 40 % de los jóvenes entre 20 y 29 años trabajan en la informalidad, sin acceso a seguridad social, contratos ni derechos laborales básicos.
La entidad poblana no es la excepción: de cada 10 jóvenes que egresan de la universidad, 4 terminan en empleos temporales o dentro del sector informal, sin posibilidad de desarrollo profesional ni estabilidad económica. Lo anterior es provocado por la falta de regulación en los centros de trabajo por parte de las autoridades estatales, pues muchos de estos centros no cumplen con los requisitos necesarios para ofertar trabajos dignos y, al parecer, no se ha hecho nada al respecto.
Ante esta situación, es fundamental que la Secretaría del Trabajo del estado de Puebla asuma un papel más activo en la generación de políticas públicas que impulsen la creación de empleos formales, bien remunerados y acordes con el perfil profesional de los jóvenes. También se requiere que esta dependencia trabaje de forma coordinada con instituciones educativas y el sector privado para diseñar programas que faciliten la inserción laboral de los recién egresados y les brinden oportunidades reales de crecimiento.
¿Qué oportunidades reales tienen los jóvenes tras graduarse?
Aunque muchos jóvenes logran insertarse en el mercado laboral, las condiciones son precarias. Los primeros empleos suelen estar marcados por la incertidumbre: contratos temporales, falta de prestaciones y salarios que no se ajustan al nivel educativo. A esto se suma la dificultad de encontrar vacantes acordes con su formación profesional.
¿Es suficiente el salario de un joven profesionista?
De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el salario promedio para un joven profesionista durante sus primeros dos años de trabajo se ubica entre 6 mil y 9 mil pesos mensuales. Esta cantidad muchas veces no alcanza para cubrir gastos esenciales como renta, alimentación, transporte o servicios, sobre todo en zonas urbanas.
La combinación de informalidad y bajos ingresos pone en jaque el futuro de miles de jóvenes poblanos, quienes enfrentan un mercado laboral que no siempre está preparado para recibirlos con oportunidades reales.
Alana Flores sorprende al hablar de boda con Sebastián Cáceres tras el Mundial 2026