La caída del empleo en el estado de Puebla ya no es un dato técnico, sino una crisis que golpea directamente a las familias trabajadoras. Entre enero y junio de 2025, el número de trabajadores eventuales inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) disminuyó de 89 mil 110 a 85 mil 430 plazas, lo que representa una contracción del -4.13%, según cifras oficiales. El retroceso se concentra en los sectores urbanos, donde se perdieron 3 mil 878 empleos temporales en apenas seis meses.
El recorte de contratos temporales es “la traducción real de la debacle exportadora” en la actividad económica del estado de Puebla, que afecta en las vidas de cientos de familias que hoy enfrentan despidos, jornadas recortadas o contratos que no se renuevan. En contraste, los empleos permanentes muestran un pobre incremento de +1.36% en el semestre, aunque especialistas advierten que esta estabilidad “solo oculta una realidad donde el empleo temporal sirve como amortiguador silencioso de la recesión industrial”.
Gobierno promete acciones sin resultados ante crisis para la población
La crisis se desarrolla mientras la administración estatal carece de un plan de emergencia. No existe un diagnóstico claro ni paliativos para contener el impacto en el sector exportador. Mientras que, los anuncios de proyectos de infraestructura o promesas de electromovilidad son, de acuerdo con testimonios ciudadanos, “papel mojado para quienes perdieron ingresos este mes”.
La debilidad estructural del empleo en el estado de Puebla también se refleja en la pobreza. De acuerdo con la Encuesta del INEGI 2024, en la entidad 2 millones 865 mil personas viven en pobreza multidimensional, lo que representa el 43.4% de la población total. Al respecto, el economista Manuel Nava señala que:
“Los poblanos no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, y a esto se le suman privaciones en áreas vitales como la educación. Además, las familias están gastando más dinero de su bolsa para comprar y acceder a servicios de salud”.
Crisis de empleo arrastra a jóvenes a la informalidad y la precariedad
Cabe destacar que, la precariedad golpea con mayor dureza a los jóvenes. Según cifras del INEGI, en México más del 40% de las personas de entre 20 y 29 años trabajan en la informalidad, sin contratos, seguridad social ni prestaciones. En el caso del estado de Puebla, la situación no es muy distinta: cuatro de cada diez egresados universitarios terminan en empleos temporales. Por su parte, Irlana, recién egresada de una universidad poblana, relata en entrevista:
“Pero siempre hay trabajo, entonces pues si le buscas bien, tal vez sí encuentras algo. Tal vez no, ya que es el primero, pues tienes que aceptar al final lo que encuentres, pero espero que con el tiempo ya sobre el sueldo o algo”.
Esto refleja el abandono en las condiciones laborales que enfrenta la población, especialmente los jóvenes, víctimas de la negligencia e incompetencia del gobierno estatal y de la Secretaría de Desarrollo Económico y Trabajo, dependencias que brillan por su ausencia al carecer de estrategias, acciones y atención frente a esta crisis estructural.”
Este escenario configura una crisis laboral de bajo perfil pero con consecuencias graves, donde el desempleo y los salarios congelados avanzan mientras el gobierno estatal se limita a discursos optimistas. La falta de diversificación económica anticipa que el próximo trimestre traerá más de lo mismo: cifras que crecen en el papel, pero que se traducen en desempleo y pobreza para cientos, tal vez miles, de familias que dependen del empleo en el estado de Puebla.
En el estado de Puebla el empleo formal sigue en caída