En México hay un día para celebrar a la Virgen de Guadalupe, llamada “la madre de los mexicanos”, s in embargo en la religión católica también está la Virgen María lo que genera confusiones y cuestionamientos entre los religiosos y no religiosos. En TV Azteca Puebla te traemos las diferencias.
¿Cuál es la diferencia entre la Virgen de Guadalupe y la Virgen María?
La Virgen María, para la doctrina católica, es la madre de Jesús, el Hijo de Dios. La Iglesia enseña que ella fue escogida por Dios para este rol único, permaneció virgen y fue exaltada por su total entrega a la voluntad divina. Su importancia se basa en las Escrituras y en la enseñanza tradicional del magisterio eclesiástico.
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó en 2025 la Nota Doctrinal Mater populi fidelis, que enfatiza que María está asociada íntimamente con la obra de Cristo como Madre de los creyentes, y que ciertos títulos populares deben interpretarse con claridad doctrinal para no oscurecer el lugar de Cristo en la obra de la Redención.
En tanto, la Virgen de Guadalupe es la advocación de María vinculada a las apariciones que, según la tradición, ocurrieron en 1531 a san Juan Diego en el cerro del Tepeyac. A partir de ese episodio, su imagen se hizo un símbolo religioso muy arraigado, especialmente entre los pueblos de México y de América Latina.
Desde el punto de vista doctrinal, el Papa Francisco ha enfatizado que este título expresa a María como “mujer, madre y mestiza”, visible especialmente en la forma en que se reveló a san Juan Diego, y subrayó que esto ayuda a comprender que ella es madre de todos los pueblos, no solo de uno en particular.
¿Son dos “diferentes” figuras?
No. La Iglesia Católica sostiene que existe una sola Virgen María, madre de Jesús. Los distintos nombres bajo los cuales se la venera —como Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora del Carmen, entre otros— son títulos que reflejan distintas formas en que los fieles han experimentado y expresado su devoción mariana.
La advocación de Guadalupe tiene matices culturales e históricos particulares, pero no cambia ni sustituye la identidad de María como la madre de Jesús definida por la Iglesia.
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