Conoce la verdadera historia de la Batalla del 5 de mayo: Así Puebla vivió la guerra

La batalla del 5 de mayo, representa tan solo el inicio del asedio contra Puebla en tiempos de guerra durante la segunda intervención francesa. Te contamos como fue el combate entre calles y sitios de la ciudad.

¿Conoces la verdadera historia de la batalla del 5 de mayo?: Así puebla vivió guerra
Archivo Sitio de Puebla
Noticias
Compartir
  •   Copiar enlace

Durante los años que duró la guerra provocada por la Segunda Intervención Francesa en México, la ciudad de Puebla tuvo un papel central tanto en la defensa nacional como en el desarrollo de los enfrentamientos armados: Desde la batalla del 5 de mayo de 1862 hasta su ocupación y posterior liberación en 1867, Puebla fue escenario de combates, asedios y cambios políticos significativos.

¿Qué ocurrió en la batalla del 5 de mayo de 1862?

La primera ofensiva francesa sobre Puebla se produjo en abril de 1862. El ejército francés, comandado por el general Charles Ferdinand de Lorencez, avanzó con dirección a la capital y encontró resistencia en la ciudad de Puebla. Las tropas mexicanas, lideradas por el general Ignacio Zaragoza, se establecieron en las alturas de los fuertes de Loreto y Guadalupe.

El 5 de mayo, las fuerzas mexicanas lograron rechazar el ataque francés en una jornada considerada como una victoria relevante para el país, pese a la diferencia en armamento y preparación entre ambos ejércitos. Esta batalla marcó un momento simbólico en la defensa de la soberanía nacional.

¿Cómo vivió Puebla el sitio y la ocupación de 1863?

Casi un año después de la victoria en la batalla del 5 de mayo en Puebla, el ejército francés regresó con refuerzos al mando del general Élie Frédéric Forey. El 16 de marzo de 1863 inició el sitio de Puebla, que se extendió por 62 días. Durante ese periodo, la ciudad fue rodeada y atacada con artillería, lo que causó daños significativos en edificios históricos como la Catedral, la iglesia de San José y diversas construcciones del centro.

Además, las tropas mexicanas convirtieron diversos conventos y edificios religiosos en puntos estratégicos de defensa. El convento de Santa Inés, el de San Agustín y el de Santa Rosa funcionaron como fortalezas improvisadas, desde donde se resistieron a los embates de la artillería francesa.

Las gruesas paredes coloniales ofrecieron protección ante los cañonazos, pero muchas estructuras sufrieron daños considerables. Las tropas mexicanas aprovecharon la elevación de algunas iglesias para colocar piezas de artillería ligera y establecer puntos de observación que permitieran detectar los movimientos enemigos.

Las fuerzas defensoras también fortificaron algunas calles con barricadas construidas con escombros, vigas, mobiliario urbano y sacos de tierra. Las casas ubicadas entre el Zócalo y los barrios del Alto y Analco fueron adaptadas como trincheras o túneles de comunicación subterráneos entre manzanas.

La población civil, atrapada en medio del conflicto, se refugió en sótanos, criptas o capillas, mientras las municiones escaseaban y el asedio se volvía cada vez más severo. El hospital de San Pedro se utilizó para atender heridos, aunque pronto quedó rebasado por la cantidad de lesionados. Por su parte, las tropas francesas establecieron sus campamentos en la periferia de la ciudad, especialmente en los cerros del sur y el oriente, desde donde podían lanzar fuego constante con sus cañones.

A medida que avanzaba el sitio, tomaron control de la zona de Los Remedios y construyeron trincheras en los alrededores de La Paz y el cerro de San Juan. También destruyeron parcialmente varias viviendas cercanas a la línea de fuego para evitar que sirvieran de resguardo a los republicanos.

Uno de los momentos más dramáticos del asedio fue la destrucción parcial de la iglesia de la Compañía de Jesús, cuyas torres fueron impactadas por la artillería enemiga. La Biblioteca Palafoxiana y algunos colegios jesuitas cerraron sus puertas por temor a más bombardeos. El mercado del Parián, centro vital de abastecimiento, dejó de operar casi desde el inicio del asedio. A lo largo de los 62 días de combate, Puebla se convirtió en un campo urbano fragmentado, donde cada cuadra podía convertirse en un punto de resistencia o en una línea de avance para el invasor.

El general Jesús González Ortega encabezó la defensa mexicana. Sin embargo, la escasez de víveres, las enfermedades y la presión constante del ejército francés obligaron a la rendición el 17 de mayo de 1863. Tras la caída, la ciudad fue ocupada por las fuerzas intervencionistas y posteriormente se instauró el Segundo Imperio Mexicano bajo Maximiliano de Habsburgo.

¿Cuándo recuperó México el control de Puebla?

Con la retirada progresiva del apoyo francés al Imperio y el avance de las fuerzas republicanas, el general Porfirio Díaz emprendió en 1867 una campaña para recuperar la ciudad. El 2 de abril de ese año, las tropas mexicanas entraron a Puebla tras una operación militar que resultó decisiva para el fin de la ocupación. La recuperación de Puebla fue uno de los últimos pasos hacia la restauración de la República, que se consolidó meses después con la captura de Maximiliano y el restablecimiento del gobierno federal encabezado por Benito Juárez.

Te puede interesar: Películas y series que han representado la Batalla de Puebla del 5 de mayo

Programa 5 | 31 de mayo 2024 |Dos nuevos aventureros

[VIDEO] Dos nuevos aventureros y muchas tentaciones ponen en conflicto a la mayoría de los aventureros. ¿Quiénes son los nuevos participantes?

  • Regional News US
Contenido relacionado
×