Uno de los delitos de mayor incidencia que se comete dentro de los centros penitenciarios de la entidad es el de extorsión, de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Puebla, dependencia que detalló que, de enero a junio del 2025, se abrieron más de 100 carpetas de investigación por este crimen.
Hallan armas blancas y sustancias ilícitas dentro de penales del estado
Pero el delito de extorsión no es el único que se comete dentro de los 22 penales de la entidad; en algunos centros penitenciaros como:
• Centro de Reinserción Social de Acatlán de Osorio
• Centro penitenciario de Huauchinango
• Penal de Tehuacán
• CERESO de San Miguel
Los internos tienen el control y así lo demuestran los hechos. Se han hallado un total del 22 envoltorios que contenían posible marihuana, 68 objetos punzocortantes, 37 teléfonos celulares, 19 chips, 34 recipientes para consumo de sustancias ilícitas, 5 pantallas, una bocina, cables USB entre otros objetos prohibidos, así lo informó la SSP, lo que confirma que las revisiones no se realizan de manera efectiva.
Este panorama deja en evidencia la falta de control y supervisión por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla en los centros penitenciarios. La constante presencia de artefactos prohibidos y la reiterada comisión de delitos dentro de los penales reflejan una preocupante desorganización institucional que no puede pasarse por alto. La autoridad responsable tiene en sus manos la administración de estos espacios, y lo que hoy se observa dista mucho de un sistema penitenciario ordenado, seguro y funcional.
Sigue sin esclarecerse el caso de un reo hallado sin vida dentro del CERESO de San Miguel
Es precisamente en el CERESO de San Miguel en donde se han registrado omisiones graves. Tal es el caso del ocurrido en marzo de este año, cuando un reo fue hallado muerto dentro de un tanque dentro del mismo penal, dos días después de haber sido reportado como desaparecido.
Fue la misma Secretaría de Seguridad Pública (SSP) la que informó sobre la no localización de un reo. Dos días después, autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó el hallazgo del hombre privado de la libertad dentro de un tanque ubicado en la zona de una planta tratadora de agua, en pozos llenos de lodo, los cuales se localizan detrás del dormitorio O del penal. Este hecho no ha sido esclarecido.
La falta de claridad en los hechos, la tardía localización y las condiciones en que fue hallado el cuerpo, evidencian nuevamente las omisiones y deficiencias de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla en la operación y vigilancia del penal. Un caso como este, lejos de ser un hecho aislado, refuerza la percepción de un sistema penitenciario sin control efectivo ni supervisión adecuada por parte de la autoridad.
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