Debate por bienestar animal tras llevar a un perro al Flow Fest

El caso del Flow Fest volvió a encender una fuerte polémica en redes sociales después de que una mujer asistiera al festival con su perrita, argumentando que era un animal de apoyo emocional. La escena ocurrió entre miles de asistentes en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde el volumen, las vibraciones y las luces son características extremas de un concierto masivo. Todo comenzó cuando una activista difundió un video mostrando a la perrita entre la multitud, lo que detonó críticas sobre el bienestar animal y la responsabilidad de exponer a un perro en un concierto con condiciones tan agresivas.

Usuarios en redes subrayaron que, incluso con documentación de apoyo emocional, un concierto no es un entorno seguro para un perro debido al ruido extremo, la presión de las multitudes y el alto nivel de estrés que estos eventos generan. La activista que compartió el video afirmó que si alguien necesita un perro de apoyo emocional para asistir a un festival, tal vez requiera primero atención terapéutica, haciendo hincapié en que los conciertos no están diseñados para garantizar el bienestar animal. Algunos clips incluso mostraban a la perrita sin protección auditiva, lo que incrementó la indignación.

Mientras la dueña defendió su postura y mostró papeles oficiales, el debate sobre el límite entre el apoyo emocional y el trato responsable hacia una mascota tomó fuerza. Muchos internautas alertaron sobre la importancia de priorizar el bienestar del animal, recordando que la seguridad, la salud auditiva y el estrés físico deben ser considerados antes de llevar a un perro a un concierto. La discusión volvió a plantear una pregunta central: ¿hasta dónde es válido justificar la presencia de animales en espacios masivos bajo el argumento del apoyo emocional y cuándo comienza a comprometerse su integridad?