Mientras sus padres trabajan vendiendo carnes, mariscos y verduras, ella aprovecha cada momento para estudiar debajo de la mesa, con su cuaderno y una pequeña computadora.

Su maestra cuenta que, a pesar de las dificultades, ha mejorado notablemente su escritura y recitación. Una historia que demuestra que las ganas de aprender pueden más que cualquier obstáculo.