La violencia ha dejado de limitarse a zonas urbanas para extenderse en los municipios de la Sierra Negra y el nororiente de Puebla, donde ataques armados, amenazas directas y deserciones policiales han evidenciado un deterioro de la seguridad local.
Los hechos registrados durante este penúltimo mes de 2025 mostraron que autoridades municipales y comunidades enteras enfrentan ahora la presión de grupos delictivos que buscan ocupar territorios vulnerables.
Atlixco y sus alrededores: entre deserciones y ataques
Abandonando la zona metropolitana, se encuentra San Salvador Huixcolotla, donde un ataque armado desde un vehículo en movimiento dejó tres policías muertos.
Tras el crimen, los 13 agentes restantes renunciaron, dejando al municipio sin cuerpo policial. El Gobierno del Estado asumió el control total de la seguridad ante el vacío local.
En Tianguismanalco, el presidente municipal Juan Pérez Moral fue atacado con un arma blanca en pleno centro y trasladado grave a un hospital en Puebla capital. El caso se sumó al asesinato, semanas antes, de Armando Martín Caballero García, baleado frente a la iglesia de San Francisco de Asís.
Habitantes habían exigido mayor vigilancia en los accesos hacia Atlixco debido a constantes asaltos, sin recibir una respuesta positiva por parte de la autoridad municipal.
Sierra Negra: amenazas del CJNG y autoridades bajo presión
Uno de los municipios afectados durante este año ha sido San Miguel Eloxochitlán donde el presidente municipal, Delfino Hernández Hernández confirmó haber recibido amenazas constantes de presuntos integrantes del CJNG, lo que elevó el nivel de alerta en la zona.
Nororiente y frontera con Veracruz: balaceras y policías que trabajan vestidos de civil
El municipio de Atzitzintla vivió uno de los episodios más violentos. Un enfrentamiento en Paso Carretas dejó al menos cinco personas muertas y se extendió hasta Texmola, en Veracruz, donde una camioneta fue incendiada.
La balacera generó alerta en comunidades como Texmalaquilla, El Xúchil, Loma Grande y Toluca, donde ya se había reportado presencia de grupos criminales que disputan la zona Puebla–Veracruz.
Tras el ataque, policías municipales comenzaron a operar vestidos de civil por temor a represalias, lo que derivó en el despliegue de seis unidades estatales para reforzar la seguridad. Además, circuló en redes un mensaje atribuido al grupo “Operativa Barredora” con señalamientos contra el alcalde Eduardo Velázquez Medina, desmentidos por el ayuntamiento.
Choque entre patrulla y camioneta dejó un muerto en Tulcingo de Valle













