La maleza ha crecido a tal grado que tapó por completo la banqueta.
¡Sorpresa!, les presumo el jardín de Santa Clara Ocoyucan; no tendrá las mejores plantas de ornato, pero tiene una maleza preciosa.
Es una experiencia natural inmersiva… a la fuerza. Los peatones, en vez de caminar con seguridad, ahora deben esquivar hierbas y automóviles, todo en el mismo trayecto. Una aventura que nadie pidió, pero que el gobierno municipal, encabezado por Aristóteles Campos, ofrece gratuitamente.
El jardín es tan bonito que han decidido extenderlo hasta la calle, no cabe duda que los automóviles hacen lo suyo y no permiten que la maleza crezca, pero los peatones no pueden decir lo mismo, tienen que bajar al arroyo vehicular para poder continuar con su camino.
¿Será que el presidente Aristóteles Campos piensa inaugurar un nuevo parque natural urbano? Por lo pronto, los peatones ya lo están disfrutando… a punto de ser arrollados.












