Chocolate emocional, bebida que nace desde la tradición
Semillas de cacao son tostadas en movimiento constante, casi hipnótico, despierta los aromas profundos del chocolate emocional
En un comal de barro que guarda el calor de la tierra tabasqueña, comienza el ritual: semillas de cacao son tostadas con cuidado, moviéndolas una y otra vez para evitar que se quemen, ese movimiento constante, casi hipnótico, despierta los aromas profundos y terrosos que solo el cacao puede ofrecer
Así se prepara el chocolate emocional, una bebida que nace desde la tradición y se transforma en experiencia, tras el tostado, la semilla se libera de su cáscara, quedando solo su corazón: esa esencia, aún caliente, pasa al molino, donde se pulveriza lentamente hasta que sus aceites naturales empiezan a salir, creando una pasta rica y aromática
Luego viene el toque final: una segunda molienda, esta vez con un endulzante suave y dosificado, cada ingrediente está ahí para exaltar los matices del cacao, ese sabor profundo que cuenta historias ancestrales en cada taza, el chocolate emocional no se prepara, se crea, es una bebida que se siente, que despierta los sentidos y abraza el alma desde el primer sorbo