Hasta este 2025, continúa la sobrepoblación de diferentes centros penitenciarios en el estado de Puebla, que reflejan una crisis estructural que se ha agravado en los últimos años sin una respuesta efectiva por parte del gobierno estatal.
La saturación de cárceles, documentada por instancias oficiales y organismos de derechos humanos, ha generado condiciones de riesgo que vulneran derechos fundamentales y comprometen la seguridad dentro del sistema penitenciario.
Datos del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, correspondientes a febrero de 2025, revelan que los penales poblanos rebasan la capacidad de sus instalaciones. Esta situación compromete la seguridad interna, vulnera los derechos fundamentales y evidencia una falta de acciones eficaces por parte del gobierno del estado.
¿Cuál es el penal con más sobrepoblación en el estado de Puebla?
El Centro Penitenciario de San Miguel, en la ciudad de Puebla, concentra el mayor grado de hacinamiento en la entidad. Con una capacidad oficial de 2,024 espacios, este penal albergaba, al cierre de febrero de 2025, a 3,378 internos, lo que representa una sobrepoblación del 66.9 %. Esto pese a ser uno de los más saturados del país, el gobierno estatal no ha informado medidas inmediatas para atender esta situación.
Además, el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2024, elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), señala que este penal enfrenta graves deficiencias en infraestructura, control interno y servicios básicos, agravadas por la falta de redistribución de la población penitenciaria y la omisión de estrategias de despresurización.
Además, cifras del Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Federal, con corte a mayo de 2025, revelan que otros tres penales en Puebla operan en condiciones similares o peores: San Pedro Cholula, Huejotzingo y Libres. En estos centros, el número de internos supera por amplio margen la capacidad instalada, con niveles de sobrepoblación que van del 79 % al 182 %.
El penal de San Pedro Cholula, por ejemplo, tiene espacio para 159 personas, pero aloja a 284, con una sobrepoblación del 179 %. En Huejotzingo, la ocupación alcanza el 182 %, con 213 internos en una instalación prevista para 117. En Libres, se alojan 34 personas en un penal diseñado para 27.
Otras cárceles también reportan cifras elevadas
La crisis no se limita a estos cuatro penales. Los centros penitenciarios como Acatlán, Tehuacán, Tecamachalco y Zacapoaxtla también presentan niveles preocupantes de ocupación.
En Acatlán, la sobrepoblación alcanza el 39 %, con 23 internos por encima del límite permitido. En Zacapoaxtla se registran 64 personas en reclusión, cuando la capacidad es para 52. En Tehuacán, se reportan 616 internos para 544 espacios, y en Tecamachalco la cifra es de 137 reclusos en una capacidad de 133.
¿Qué carencias presentan las personas privadas de la libertad en el estado de Puebla?
La sobrepoblación de los centros penitenciarios ha generado condiciones adversas para las personas privadas de la libertad, según documenta la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDH Puebla) en diversos informes emitidos desde 2022. Entre las principales denuncias destacan deficiencias sanitarias, actos de violencia entre internos, corrupción del personal y negligencia médica.
A pesar de estos señalamientos reiterados, el gobierno estatal no ha impulsado una reforma penitenciaria integral. En cambio, organismos especializados como la CNDH, han insistido en la necesidad de aplicar mecanismos de preliberación, penas alternativas para delitos menores y acelerar los procesos judiciales para evitar prisiones preventivas prolongadas, particularmente en el fuero común.
Mientras tanto, la saturación carcelaria sigue avanzando sin freno, poniendo en riesgo no solo a las personas internas, sino también al personal penitenciario y a la viabilidad del sistema de reinserción social en Puebla.
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