Verónica Mejía es una restauradora de figuras, desde su casa en Culiacán, se dedica a rescatar piezas de yeso, resina, entre otros materiales que muchas personas consideran perdidas, dedicándose a este trabajo por más de tres décadas.
Señaló que, comenzó desde su infancia, gracias a su madre, la cual le entregaba las piezas que ella encontraba, para que Verónica jugara con los restos para poder trabajar su creatividad.
Con el paso de los años y el haber estudiado lo relacionado a la arquitectura y a otras bases, su interés se fortaleció, por lo que decidió a replicar lo que sus ojos observaban de personas adultas que se dedicaban a este oficio.
Impulsada por su hermano, decidió a empezar a vender figuras que ella pintaba, pero sin pensar también comenzó con la restauración de estas mismas
La restauración se ha convertido en parte del sustento de su hogar, menciona que hay temporadas buenas y otras más lentas; trabajos que pueden tardar desde una noche hasta dos meses, dependiendo del clima y los materiales.