Según un estudio reciente, poner el árbol de Navidad uno o dos meses antes podría reflejar rasgos de narcisismo o egocentrismo. La investigación sugiere que algunas personas decoran con demasiada anticipación para atraer atención y admiración, buscando validación o reconocimiento social.
Aunque no todos presentan un trastorno narcisista, este tipo de comportamientos pueden estar ligados a la necesidad de llenar un vacío emocional o de ocultar la realidad a través del ambiente festivo y las luces.
Sin embargo, no todo tiene una connotación negativa. Los expertos también señalan que la Navidad despierta nostalgia y recuerdos felices, y que para muchas personas decorar antes es una forma de revivir momentos entrañables, sentirse bien y enfocarse en lo positivo.












