El árbol de Navidad tiene un origen profundamente simbólico que va más allá de decorar la casa.

El pino, al ser un árbol de hojas perennes, representa la vida eterna y la esperanza en medio del invierno. La estrella en la punta simboliza la guía, la fe y el camino hacia la luz. Las esferas evocan los dones, talentos y bendiciones que compartimos con nuestros seres queridos, mientras que las luces del árbol recuerdan la llegada de la luz al mundo y la importancia de mantener viva la esperanza durante la temporada decembrina. Así, cada adorno tiene un significado especial que transforma al arbolito en un símbolo de unión y renovación.