Navidad y medio ambiente: lo que debes saber antes de elegir tu árbol
Cada temporada navideña, miles de familias enfrentan el dilema de elegir entre un árbol de Navidad natural o uno artificial, una decisión que va más allá de lo estético y tiene un impacto directo en el medio ambiente. Especialistas analizaron las ventajas y desventajas de ambos tipos de árbol, destacando que ninguno es completamente “bueno” o “malo”, sino que su efecto ambiental depende en gran medida de su origen, uso y forma de desecho.
En el caso de los árboles de Navidad naturales, los expertos explican que generalmente provienen de coníferas como pinos y abetos cultivados específicamente para este fin. Entre sus principales beneficios ambientales está su capacidad para capturar carbono, conservar la humedad del suelo, favorecer la filtración del agua y servir como refugio para diversas especies mientras están plantados. Además, cuando se desechan de manera adecuada, pueden triturarse y convertirse en composta, lo que reduce significativamente su impacto negativo.
Sin embargo, los expertos también advierten que el cultivo de árboles naturales implica el uso de fertilizantes y el transporte desde zonas forestales, procesos que generan emisiones de dióxido de carbono. Por ello, se recomienda adquirirlos únicamente a productores certificados por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) o elegir árboles en maceta, que pueden reutilizarse durante varios años y luego replantarse.
Por otro lado, los árboles de Navidad artificiales están fabricados principalmente de PVC, un material derivado del petróleo cuya producción genera un alto impacto ambiental. Aunque en teoría podrían reciclarse, en la práctica esto casi nunca ocurre debido a la dificultad para separar el plástico del metal que forma sus ramas, lo que provoca que terminen en tiraderos contaminando el suelo durante décadas.
Ante este escenario, los especialistas señalan que un árbol artificial solo resulta ambientalmente comparable a uno natural si se utiliza durante al menos 20 años consecutivos. De lo contrario, su huella ecológica es considerablemente mayor.
Los expertos subrayan que más allá de elegir entre árbol natural o artificial, la clave para reducir el daño ambiental está en el consumo responsable y en el manejo adecuado de los residuos al finalizar la temporada navideña, recordando que pequeñas decisiones pueden marcar una gran diferencia para el medio ambiente.