Halloween, también conocido como la Noche de Brujas, es una festividad que combina tradiciones paganas y cristianas. Aunque hoy es especialmente popular en Estados Unidos, su origen se remonta a más de 3,000 años atrás en el festival celta de Samhain, una celebración con la que los pueblos europeos despedían la cosecha y daban la bienvenida al Año Nuevo.

Durante la víspera de Samhain, los celtas creían que los espíritus de los muertos podían cruzar al mundo de los vivos, por lo que se disfrazaban con máscaras para confundirse con ellos y evitar ser poseídos. También pedían comida a cambio de no hacer travesuras, práctica que inspiró el actual “Dulce o truco”.

Con la llegada del cristianismo, el papa Bonifacio IV estableció el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, con una vigilia la noche anterior conocida como All Hallows’ Eve, que con el tiempo se transformó en Halloween.

El 31 de octubre sigue siendo la fecha central, pues según la tradición celta, era la noche en que los espíritus regresaban a la Tierra, dando origen al ambiente misterioso y sobrenatural que define esta celebración.