Propiedades de la lavanda: calma, alivia dolores y cuida tu piel
La lavanda reduce estrés, mejora el sueño y ayuda a la piel. Te contamos sus usos y precauciones.
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Lavanda: más que un aroma, un aliado natural para la salud
La lavanda, originaria de la región del Mediterráneo, ha sido apreciada durante siglos en la medicina tradicional por sus numerosos beneficios. Destaca por sus propiedades calmantes, que ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y favorecen un sueño reparador, especialmente mediante infusiones o el uso de su aceite esencial en aromaterapia. Además, la lavanda tiene efectos analgésicos y antiinflamatorios, siendo útil para aliviar dolores musculares, articulares y cefaleas a través de masajes o baños. Su acción antiséptica y antibacteriana la hace eficaz para tratar heridas leves, picaduras y quemaduras, acelerando la recuperación de la piel. También contribuye a mejorar la digestión y a calmar molestias como gases e indigestiones. Sin embargo, es importante recordar que el aceite esencial de lavanda no debe ingerirse, y su uso debe ser cuidadoso en mujeres embarazadas, niños y personas con piel sensible para evitar posibles reacciones adversas.
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