Las redes sociales volvieron viral, durante la noche de este 20 de junio, un curioso fenómeno que se vio en el cielo nocturno de Nueva Zelanda: un remolino de azules con tonos extraños, que recuerda a las nubes oceánicas que una mujer en Minnesota pudo registrar hace poco. Las fotografías difundidas en las redes muestran una grandísima espiral de un brillante color azul. Un centro luminoso en el círculo se distingue del resto parecía moverse lentamente. Aunque las primeras hipótesis y conjeturas de los internautas llevaban a pensar en nebulosas (o, todavía más descabellado, efectos de alguna presencia alienígena), la explicación real puede resultar una tanto decepcionante para quienes esperamos con ansias noticias de otro mundo.
¿Aliens? No, sólo Elon Musk
Aunque las primeras conjeturas dejaron volar su imaginación de la forma más descabellada posible, pronto aparecieron científicos que desmintieron estas ideas. Sí, fue un evento extraño, pero conocido: es el rastro de un cohete lanzado por la empresa Space X. En concreto, el lanzamiento del satélite de Globalstar, de la empresa espacial de Musk, que fue lanzado con éxito este 20 de junio. Este satélite sería el repuesto del FM-15, que despegó en su momento del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral.
Aunque la explicación ya se difundió y las hipótesis se esclarecieron, aún hay muchas personas que afirman que estas luces fueron señales alienígenas. Sin embargo, la realidad es que no es más que el rastro que dejan las naves cuando salen de la Tierra para entrar al espacio. Puesto que, al propulsarse fuera del espacio terrícola, los residuos son principalmente agua y dióxido de carbono, que juntos forman una nube que se ilumina en el espacio gracias a la luz del sol.
Pero quién sabe, tal vez pronto veamos reales señales de seres de otro planeta. Será cosa de esperar. Las hipótesis no han dejado de mantenerse.
