Un santuario histórico en el corazón de Puebla
La Villita del Paseo Bravo, oficialmente conocida como el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, es uno de los templos más emblemáticos y con mayor valor histórico y religioso de la ciudad de Puebla. Ubicada a un costado del Paseo Bravo, sobre la avenida Reforma, este recinto recibe cada año, especialmente el 12 de diciembre, a cientos de fieles y peregrinos que acuden a agradecer favores y a rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, convirtiéndose en un punto clave de la tradición guadalupana en la capital poblana.
Este templo cuenta con más de 300 años de historia y destaca por su imponente fachada recubierta de talavera poblana azul y blanca, un elemento distintivo que lo vuelve fácilmente reconocible. El diseño estuvo a cargo del arquitecto español Diego de la Sierra, figura importante que ayudó a impulsar el arte barroco en Puebla, dejando una huella arquitectónica que hoy sigue admirándose. El arco principal, decorado con auténtica talavera, es uno de los elementos más fotografiados por visitantes y turistas.
A lo largo de su historia, La Villita del Paseo Bravo ha pasado por distintos momentos relevantes. En 1870, tanto la iglesia como el colegio anexo fueron vendidos, y en 1903 la orden de los Misioneros Guadalupanos tomó posesión del templo, consolidándolo como un santuario dedicado exclusivamente a la Virgen de Guadalupe. En su interior, de estilo neoclásico, se pueden apreciar representaciones de las cuatro apariciones de la Virgen a Juan Diego, así como una capilla dedicada a la Virgen Dolorosa, cuya festividad se celebra cada 15 de septiembre.
En cuanto a su funcionamiento, el santuario se localiza en Avenida Reforma 1108, y normalmente abre de martes a domingo de 8:30 a 13:00 horas y de 16:30 a 19:00 horas. Durante las celebraciones guadalupanas, especialmente la noche del 11 de diciembre, los fieles pueden ingresar antes de las 11 de la noche para cantarle las tradicionales mañanitas. Por su historia, arquitectura y significado religioso, La Villita del Paseo Bravo sigue siendo uno de los espacios más importantes y representativos de Puebla.