Autoridades sanitarias y científicos han encendido las alertas luego de confirmar que detectaron a un súper mosquito en México, específicamente en la península de Yucatán. Este espécimen destaca por su capacidad para transmitir hasta cuatro enfermedades de forma simultánea, entre ellas dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla.
Se trata del Aedes vittatus, una especie invasora originaria de Asia y África que ahora se suma a los mosquitos con potencial riesgo para la salud pública. Con este hallazgo, ya son tres las especies presentes en Yucatán capaces de propagar virus, junto al Aedes aegypti y Aedes albopictus.
¿Dónde fue detectado el nuevo mosquito en México?
El descubrimiento fue realizado por los investigadores Julio Tzuc Dzul y Carlos Baak Baak, del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
El primer registro ocurrió en septiembre de 2024 en la comunidad rural de Xcalacoop, cerca de Chichén Itzá. Posteriormente, el mosquito fue identificado en Tinum, Tixkokob y Mérida, lo que evidencia una rápida dispersión territorial de aproximadamente 110 kilómetros.
Especialistas advierten que esta expansión demuestra su alta capacidad de adaptación, tanto en zonas rurales como urbanas, lo que incrementa el riesgo sanitario.
¿Por qué preocupa el Aedes vittatus?
De acuerdo con los científicos, este mosquito comparte características que lo hacen altamente peligroso:
- Se reproduce en recipientes con agua acumulada
- Puede habitar dentro de viviendas
- Se alimenta de sangre humana
- Completa su ciclo de huevo a adulto en solo 10 días
- Cada hembra puede poner hasta 100 huevos por ciclo
Un rasgo distintivo para identificarlo es la presencia de seis puntos blancos en el tórax, tres de cada lado.
El clima cálido y húmedo del sureste mexicano favorece su reproducción acelerada, lo que incrementa la preocupación de que este súper mosquito detectado en México pueda elevar la incidencia de enfermedades transmitidas por vector.
Estudios en curso y medidas de prevención
Los investigadores continúan con estudios genéticos para determinar su origen exacto y analizar cómo interactuará con otras especies ya establecidas. También se busca definir estrategias de control e insecticidas adecuados.
Especialistas subrayan que el monitoreo constante será clave para anticipar riesgos y proteger a la población ante una posible expansión del mosquito en más regiones del país.
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