En Países Bajos, la jornada laboral promedio es de solo 31.2 horas a la semana, lo que ha permitido mantener baja informalidad, mejores salarios y una mayor calidad de vida para los trabajadores.
En contraste, naciones que permiten jornadas de hasta 13 horas diarias enfrentan mayor desempleo juvenil, empleos precarios y sueldos bajos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que las largas jornadas laborales representan un riesgo creciente para la salud, ya que pueden provocar cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Este modelo neerlandés demuestra que trabajar menos puede significar vivir mejor.