En México, el inicio de noviembre está lleno de simbolismo, fe y memoria. Dos fechas clave en el calendario católico —el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre)— se entrelazan con la tradición del Día de Muertos, pero sus significados son muy diferentes. Mientras una jornada celebra la vida eterna de quienes alcanzaron la santidad, la otra busca acompañar espiritualmente a las almas que aún recorren su camino hacia la redención. En TV Azteca Puebla te contamos la diferencia entre estas dos fechas importantes.
¿Qué se conmemora el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos?
Esta solemnidad católica honra a todas las personas que viven en la presencia de Dios, no solo a los santos reconocidos oficialmente, sino también a quienes llevaron una vida ejemplar. Su origen se remonta al siglo IV, cuando los cristianos comenzaron a rendir tributo a los mártires; siglos después, el papa Gregorio III estableció el 1 de noviembre como fecha oficial de esta celebración. En este día, las iglesias celebran misas solemnes y procesiones, recordando que la santidad es una meta posible para todo creyente.
¿Por qué el 2 de noviembre se dedica a los Fieles Difuntos?
La conmemoración del 2 de noviembre, instaurada por el monje Odilón de Cluny en el siglo X, está dedicada a orar por las almas que aún no han alcanzado el cielo. En México, esta fecha coincide con el Día de Muertos, tradición que une la fe católica y las creencias prehispánicas. Las ofrendas, velas, flores y alimentos son símbolos de amor y esperanza, recordando que la muerte no es el final, sino la continuidad del vínculo con quienes ya partieron.
¡Ya vinieron a podar! Ya se puede pasar por las banquetas de San Pedro Cholula
