Entre harina, azúcar y villancicos, la Navidad se canta y también se saborea.
Los cantos de “Los peces en el río” y “El burrito sabanero” y figuras emblemáticas de la Navidad como Santa Claus, el muñeco de nieve y el polvorón sevillano, se transforman en conchas, una idea tan ingeniosa como deliciosa.
Al ser un proceso artesanal y con una técnica que va de generación en generación, cada figura es hecha a mano, cuidando detalles, colores y sabores. El resultado es un pan que provoca sonrisas antes del primer bocado.