Esta capilla pertenecía al gobierno de los indios de los barrios circundantes a la ciudad; en su interior, se creó la cofradía “de la buena muerte”, cuyo propósito era asistir a los moribundos, enterrarlos y pagarles el funeral si eran pobres.
Según la leyenda, el encargado de esa época se negó a asistir a un hombre moribundo por no ser su amigo, ese hombre murió en la calle de la 8 Oriente, entre la 12 y la 14 Norte; su espíritu permaneció en este sitio para perseguir a la persona que le negó la ayuda.
La historia cuenta que, tiempo después, el encargado apareció muerto afuera de la iglesia y desde ese día, ambos espíritus se persiguen el uno al otro, por lo que en 1857 se le conoció como la Calle de la Muerte; hasta la fecha, vecinos del lugar afirman ver y escuchar cosas durante la madrugada.
“Como nosotros siempre sacamos al perrito a esta hora, a veces se oyen ruidos, como que día se escuchaba que alguien estaba barriendo pero ya eran las 2 de la mañana y decimos, ¿quién está barriendo a estas horas?, ya tiene tiempo que se ve a una señora que viene caminando y se pierde en esta calle a mitad de calle se pierde la señora”, Anónimo.
Cabe señalar que en este sitio se suelen estacionar camionetas funerarias, ¿algo curioso no?












