Como cada año los creyentes acuden al templo a pedir por la salud de un familiar incluso hay quienes acuden acompañados de amigos esto con el objetivo de mantener viva la tradición.
Después de un largo trayecto el cansancio se hace presente en cada uno de los peregrinos pero acompañado de seres queridos el trayecto es más tranquilo.
En medio del camino los peregrinos no están solos, pues reciben ayuda de habitantes de la zona tal es el caso de Fernando Hernández que con su familia por cuarto año regalan café y pan a todos los fieles que en la noche caminan con rumbo al Santuario de San Miguel del Milagro.
Pese al largo recorrido de noche la peregrinación hacia el Santuario de San Miguel del Milagro representa más que una distancia recorrida, pues es un acto entrega de esperanza y comunión.