Durante 14 años, Perfecto Castañeda y su esposa Hermelinda vivieron sus noches a oscuras, iluminándose con velas y pilas recargables. En su vivienda de la comunidad rural de San José Monte Chiquito, no contaban con electricidad. Pero hoy, la energía solar fotovoltaica no solo enciende focos, sino también sueños, seguridad y nuevas posibilidades para su familia.
“Solo contábamos con una lámpara recargable, y cuando se acababa la carga, teníamos que pedir permiso a los vecinos para poder conectar el celular o cualquier otra cosa. Seguimos adelante, pero por momentos era difícil. Hoy, gracias a los paneles solares que nos instalaron nuestra vida cambió”, afirma Castañeda, durante la inauguración de la segunda fase del programa Luces de Esperanza.
Don Perfecto, como le conocen sus vecinas y vecinos, destaca que, gracias a los paneles y baterías instalados a través de esta iniciativa social, ahora pueden cargar celulares, usar bocinas para escuchar música, utilizar la licuadora y sentirse más seguros de noche.

Este beneficio llegó a su comunidad gracias a un esfuerzo conjunto entre el Gobierno de Puebla y la compañía Iberdrola México. Se trata de la segunda fase del programa Luces Esperanza, que tiene como propósito llevar energía solar fotovoltaica a comunidades rurales de cuatro municipios, y promover el bienestar de sus habitantes.
Esta fase benefició a 473 personas que carecían de acceso al servicio eléctrico convencional. Se electrificaron 112 viviendas y un espacio comunitario en 13 comunidades pertenecientes a cuatro municipios: Nicolás Bravo, Santiago Miahuatlán, Tehuacán y Tepanco de López.

Estas personas se suman a las más de 1,800 alcanzadas en la primera etapa del programa en Puebla, en la que se dotó de energía eléctrica a 81 viviendas y 12 escuelas como fortalecimiento a una educación de calidad en comunidades rurales.
“La electricidad es un derecho básico que abre las puertas a la prosperidad y al progreso. Gracias a esta alianza, más familias poblanas vivirán con mayor bienestar y oportunidades de desarrollo”, aseveró Ricardo Ocaña Barrientos, director general de Industria y Desarrollo Regional de la Secretaría de Desarrollo Económico y Trabajo de Puebla.
Esta iniciativa social comenzó en 2019 y hasta la fecha ha llegado, a lo largo de 10 fases, a comunidades aisladas de cuatro estados: San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla y Nuevo León. Cuenta con una inversión acumulada de cerca de 60 millones de pesos y ha beneficiado a 9,134 personas con la instalación de sistemas fotovoltaicos en viviendas y en espacios comunitarios como escuelas o centros de salud.