Cada día, 28 niñas y adolescentes se convierten en madres en Puebla
En el último año se registraron más de 10 mil embarazos en menores de entre 11 y 18 años; expertos advierten sobre los riesgos en la salud y la educación.
En promedio, 28 niñas y adolescentes se convirtieron en madres cada día en Puebla durante el último año. Así lo revelan datos del Instituto de Gestión, Administración y Vinculación Municipal, que detallan un total de 10 mil 309 embarazos en menores de entre 11 y 18 años.
La situación es aún más crítica al considerar que el 54.69% de estos casos de niñas o adolescentes madres se concentraron en solo 10 municipios de Puebla, lo que refleja una realidad alarmante para miles de familias, ante los riesgos médicos y sociales que enfrentan las menores. El ginecólogo Carlos Mijangos Patiño explicó que el embarazo en la adolescencia demanda mucho del organismo femenino, pues muchas veces el cuerpo de una niña aún no ha madurado completamente:
“Cuando la mujer es adolescente hay partes del organismo que todavía no están terminadas de madurar, como la pelvis ósea, cartílagos y músculos... esto puede derivar en complicaciones por la inmadurez de la niña”, afirmó.
Según estadísticas de la Secretaría de Salud del Estado, en 2022 se registraron 3 mil 416 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, lo que representó el 12.5% de los partos atendidos en hospitales públicos. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública informó que ese mismo año, el 45% de las adolescentes embarazadas abandonaron la escuela, lo cual compromete su desarrollo personal, económico y profesional.
Especialistas hacen un llamado urgente a implementar mayores acciones preventivas y de acompañamiento. El doctor Mijangos enfatizó la importancia de educar sobre los derechos sexuales y reproductivos desde edades tempranas:
“Es fundamental que la adolescente sepa que tiene derecho a recibir orientación... y que toda la familia y sociedad la apoyen para ejercer una sexualidad responsable y conocer los métodos anticonceptivos disponibles”.
Por su parte, la estudiante Natalia Escalante considera que la educación sexual debe comenzar desde edades tempranas:
“Actualmente vivimos en una era muy digitalizada. Es mucho más fácil acceder a la información. Se debe implementar educación sexual desde una edad temprana para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual”.
El embarazo adolescente es un tema complejo que requiere atención integral y coordinación interinstitucional. Es crucial que niñas y jóvenes tengan acceso a información clara, recursos confiables y redes de apoyo, que les permitan tomar decisiones informadas sobre su salud, educación y futuro.
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