En una respuesta ejemplar de cero tolerancia, las autoridades locales procesaron al agresor, identificado como Johnson Wen, ciudadano australiano de 26 años. El hombre fue sentenciado a nueve días de cárcel y expulsado de manera inmediata del país, además de recibir una prohibición permanente de reingreso. La decisión fue aplaudida mundialmente, pues envía un mensaje contundente sobre el espacio que debemos mantener con figuras públicas.