¡Increíble! Cirujanos mexicanos lograron reimplantar con éxito un dedo pulgar a un menor de tan sólo 1 año 8 meses, después de perderlo en un incidente en casa con un abanico metálico.
Colapsa tubería en Hospital de la Margarita en Puebla
Fue el pasado 4 de mayo de 2022, cuando el niño, identificado como Arturo, fue llevado por sus padres al área de urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, tras sufrir el desprendimiento de su dedo luego de que se le enredara en una cortina y se atorara en las aspas. El dedo fue arrancado junto con un tendón, lo que complicaba el reimplante.
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Otro factor de riesgo para llevar a cabo la cirugía, es que, al tratarse de un menor de edad, las arterias y venas son más pequeñas, lo que convierte más complejo unirlas sin que se tapen.
El reimplante del dedo pulgar fue todo un éxito
Pero nada fue imposible para el equipo de Cirugía Plástica Reconstructiva, a cargo del doctor Miguel Parra Márquez, del Hospital de Traumatología y Ortopedia. Para lograrlo, tuvieron que unir venas, tendones, el hueso y los nervios con suturas milimétricas.
También se unieron tendones de flexión y extensión. El procedimiento, denominado supramicrocirugía, tuvo que desarrollarse con el apoyo de un microscopio al máximo aumento, y las suturas fueron ultrafinas con un hilo tan delgado y transparente que pareciera flotar en el aire.
La operación tuvo una duración de poco más de seis horas, y pudo haber tardado más, pero los cirujanos tuvieron que trabajar lo más rápido posible ya que el dedo que se desprendió se encontraba en una hielera para que se preservara por un tiempo máximo de 24 horas, sin embargo, una vez sacado de la hielera, únicamente se contaba con 6 horas para unirlo.
Después de la exitosa cirugía, los médicos esperan que el menor desarrolle la funcionalidad de su mano al 100 por ciento; cabe recordar que en el momento en el que a alguien le amputan el dedo pulgar, la mano pierde el 45% de su funcionalidad.
Al respecto, Aurora Bernal Ibarra, madre del menor, confesó a un medio local que tan solo unos segundos de descuido bastaron para vivir una terrible experiencia:
“Mi peor miedo era que el niño fuera a perder su dedito, fueron para mí muchas horas de angustia, hasta que el médico salió del quirófano y me dio la buena noticia, me dieron ganas de abrazarlo, estaba muy agradecida por todo el trabajo y muy feliz al saber que había salido todo bien”.
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